Después de un largo invierno intentamos volver al bosque de lenga y lo logramos, pero en el camino debimos sortear algunos inconvenientes como éste que te muestro.
La nieve acumulada durante la noche y el barro, combinados con cuatro ruedas con poco dibujo no nos dejaban subir.
Por suerte contábamos con el malacate que nos ayudó a continuar.
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